AVA-ASAJA y FEPAC-ASAJA piden una reunión con el Delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, para que se intensifique al máximo la vigilancia en las explotaciones

Los precios más atractivos que se pagan esta campaña por los cítricos disparan los robos en el campo

Valencia, 1 de diciembre de 2017. Las cotizaciones sensiblemente más atractivas respecto al pasado año que están percibiendo durante esta campaña los citricultores valencianos han desatado una auténtica oleada de robos en las cosechas de mandarinas y naranjas, tal como denuncian la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castellón (FEPAC-ASAJA), una zona que se está viendo especialmente castigada estos días por los delincuentes especializados en el saqueo de cosechas. No obstante, ambas organizaciones agrarias destacan que los robos en las explotaciones citrícolas se han generalizado en todas las comarcas productoras, espoleados por el motivo ya apuntado.

“La situación está alcanzado extremos intolerables -lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado- y es preciso que las fuerzas de seguridad redoblen sus esfuerzos para combatir esta lacra. Vamos a solicitar una reunión urgente con el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, para abordar la cuestión porque no dejan de llegarnos quejas de los agricultores y es preciso actuar con contundencia”.

Por su parte, el presidente de FEPAC-ASAJA, Néstor Pascual, ahondó en el problema señalando que “esta campaña tenemos muchos menos kilos que el año pasado y si nos roban la poca cosecha disponible nos dejan en la ruina porque ni siquiera vamos a poder cubrir los gastos de producción”.

Y es que esta temporada los cítricos valencianos se han convertido en un objeto altamente codiciado por los ladrones, hasta el punto de que se están dando casos de robos en huertos de hernandinas, una variedad de mandarina cuyo periodo idóneo de recolección se sitúa entre finales de diciembre y principios de enero, pero los delincuentes las destinan a su transformación en zumos a través de una tupida red de almacenes clandestinos que se encargan de dar salida a la mercancía sustraída. En cualquier caso, la delincuencia en la medio rural también se está cebando con los campos de naranjas y ayer mismo, un agricultor denunciaba que le habían robado, incluso, el camión que utiliza para trabajar en el campo.
Cristóbal Aguado y Néstor Pascual coinciden a la hora de advertir tanto sobre la gravedad del problema como acerca de la sensación de indefensión que se extiende en el medio rural y de la necesidad de adoptar medidas especiales para combatirlo. En este sentido, el máximo responsable de AVA-ASAJA reclamó “una implicación mucho mayor por parte de los ayuntamientos, porque la vigilancia que llevan a cabo en sus respectivos términos muncipales es totalmente insuficiente”.

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